Dentro de los tipos de heces en gatos destacan las heces blandas,
que pueden tener distintos significados, como que el gato está
padeciendo alguna afección gastrointestinal, parásitos o algún problema
con su alimentación.
Que un día las heces sean más blandas de lo
normal no tiene por qué ser preocupante, pero si la situación se
prolonga durante días, el gato utiliza más de lo habitual el arenero o
las heces llegan a ser líquidas, debemos consultar con nuestro veterinario.
Generalmente las heces blandas que indican algún trastorno en el sistema digestivo
van acompañadas de vómitos, mal aspecto del manto, deshidratación,
anorexia, apatía, etc. Las heces pastosas o blandas también pueden
deberse a la presencia de parásitos intestinales, más frecuentes en los gatos más jóvenes, como pueden ser los gusanos, las giardias o los coccidios.
Los cambios bruscos en la alimentación
o una comida inadecuada también pueden alterar el funcionamiento del
aparato digestivo. Además, unas heces pastosas pueden indicar otros
problemas como los hepáticos. En cualquier caso, será nuestro
veterinario quien, tras examinar a nuestro gato, llegue al diagnóstico y
prescriba el tratamiento.
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